Esto de tener internet solo 48 horas a la semana, y tener que compaginarlo con ver a la señora y la familia, dar una lección tenistica a Tapanez y Monty, ir a un par de centros comerciales buscando una powerball y terminar comprandome un gorro para que no se me congelen los piojillos cuando corra por Madrid, y poder dormir en una cama de verdad, hacen que el tiempo disponible para escribir en la página, desfacer entuertos y avanzar en los otros proyectos ronde el cero absoluto.

Aun así­, y a riesgo de llegar tarde a comer a casa de los suegros, me gustaria gastar diez o quince minutos en comentaros que mi empresa es genial.

El trato humano y laboral es dificil de creer teniendo en cuenta experiencias anteriores. Llevo dos semanas alli y ya me han regalado dos pendrives de 1 y 2 gigas, el pequeño de publicidad para que lo luzca por ahi y el otro por si necesito guardar mis datos y ocupan mucho, me dijeron.

Otro ejemplo: el otro dia comenté que me haria ilusión ir a ver al Madrid y que si era muy dificil encontrar el estadio (aun me pierdo en casi todos los trayectos que no sean el de ir de mi piso al curro y volver). Pues no solo me dijeron como llegar (se me olvidó a los diez minutos y el dia en cuestión me limité a acercarme al centro y dar tumbos medio al azar hasta que de repente el Santiago Bernabeu apareció a mi izquierda) sino que al dia siguiente me prestaron un pase para ver el partido de gorra en el fondo sur.

Brrr no me puedo explayar mucho más, tengo que preparar las maletas para posiblemente dos semanas sin volver (si fuera cierto que va a nevar en Madrid desde el lunes, ni de coña iba a hacer el trayecto que cruza Siberia-Albacete) e ir a casa de los suegros a comer antes de salir para Madrid. Once mil kilometros lleva ya el Saimovil.