Desde que hace unas semanas fuera diagnosticado con un caso bastante grave de boluditis(*), he estado saliendo a correr por ahi casi todos los dias, tontamente, sin un rumbo claro. Y lo que es peor, mi estado mental decayó incluso mas cuando le leí­ a un conocido que corria las tres millas a un promedio de ocho minutazos por milla, y me dije, pues yo creo que tambien puedo, y, efectivamente, desde aquel fatidico dia corro la sobrehumana distancia en un tiempo... un tiempo sin comentarios, en realidad no llevo reloj para no agobiarme, aunque en realidad parece buena idea no llevarlo en vista de mis aventuras. (Aunque tengo que confesar que ando tras la pista de pillarme el muy mitico Casio F91W, para horror y estupor de mi Swanson)

Mi trote cochinero viene y va entre la megalopolis anteriormente conocida como Alcantarilla, origen de algunas de las mentes más privilegiadas de nuestro tiempo, como son el Sheriff de Coslada y un secundario de los Hombres de Paco, y un poligono industrial bastante grande, y se compone de tramos de chinarrillos, caminos rurales inquietantes, asfalto viejuno entre chalets con perros que solo me ladran cuando voy en una dirección, lo cual es tan absurdo que un dia tengo que hacer un estudio del tema; campos de ortigas que ponen a prueba mi cintura y hasta una via doble de tren, que un dia vamos a tener un disgusto, todo con un desnivel del 0%. Despues de correr en Madrid, que no se como diantres estaban los que primero llegasen para montar el campamento en un sitio con tanta cuesta, rondar en un suelo plano se agradece casi tanto como el estar rodeado de naturaleza.

Pero una de las cosas que queria contaros es que todos los dias veo cosas raras. Aún no he visto muertos, al menos personas, pero si alguna rata. Y tambien vivas, me gustan los animalicos pero la verdad es que cuando alguna se despista, o va de sobrada, y no sale pitando hasta que casi la has pisado da bastante impresión. Curiosamente casi todos los bichos primero se oyen, al mover la vegetación al moverse, y luego se ven, y, aunque casi siempre son pajaros, el otro dia me pasó a menos de un metro una culebrilla yo diria que de un tamaño muy decente.

Tambien hay coches, normalmente con parejitas de casi todas las combinaciones. Un dia de estos me encontraré a Tapanez por alli, cumpliendo en pecado, que vergüenza. Una pareja que me llamó la atención fue la de unos funcionarios dormitando, supongo que pasando el rato hasta que se acabara el turno.

Pero es que este domingo, bordeando el poligono, un tipo para el coche y me pide que le indique algo. Era un padre de familia, modelo, probablemente, del 58, con bigotillo canoso, que me dice "Hola, perdona, es que ando buscando, ando buscando... bueno... ¡un club de alterne!" "Juas... pues por aqui hay varios, ¿ve aquella especie de cúpula de cristal?" "No, pero yo busco uno famoso, el Princesas" "Uhm, no estoy seguro, pero creo que el famoso es por allá, cerca del cruce de la Era Alta" "¿Y que tal es?" "¡Juas!! Pues no sé, no soy... usuario." "Vale, muchas gracias, y perdona por cortarte" "Nada hombre, ¡si estaba reventau!".

(*) Veo con silencioso pasmo que en Google no hay referencias claras a la cura de esta idem tan oscura, así­ que todo un Saipunto para aquel, aquella o aquello que me diga en un comentario qué es necesario para curar esta terrible enfermedad, la Boluditis, uno de los grandes males de nuestro tiempo.